
Texto: Sonia Montero y Trenor. No me estoy refiriendo a la situación política actual como más de uno de ustedes habrá pensado. Ya saben que, yo me dedico a la literatura, sin intención de cambiar de sector.
La frase corresponde al título del libro de un conocido psiquiatra, psicoterapeuta y teólogo alemán, el profesor Manfred Lütz Además de médico, es conferenciante, escritor y hasta humorista.
Este libro está escrito desde el humor y desde la desdramatización. Es una introducción a la psiquiatría y nos la acerca de manera fácil, cuenta el autor, que además de médicos y otras personas, leyó el borrador su carnicero para asegurarse de que el lenguaje era comprensible. Narra experiencias reales y con un lenguaje ameno desgrana la depresión, la ansiedad, el pánico, la demencia, esquizofrenia, adicciones etc.
En este tiempo en el que seguimos sin entender las enfermedades mentales y que con frecuencia estigmatizamos y nos lleva a discriminar personas, dice algo tranquilizador: que los diagnósticos y clasificaciones no existen en realidad. Los diagnósticos son palabras inventadas por los psiquiatras para ayudar de forma competente a estos seres sufrientes. Dice que se trata de personas impresionantes, muy diferentes entre sí, que de forma ya pasajera, ya más prolongada padecen fenómenos extraordinarios.
Examina casos de famosos muy diferentes como, Hitler, Stalin Picasso, Dali, Andy Warhol… ¿Estaban locos? En el libro lo analiza, ninguno de ellos era normal, pero tampoco enfermos sin más.
El problema, muchas veces, es reconocer que hay un problema, valga la redundancia. Cuenta la anécdota de una simpática y elegante viejecita que a la pregunta de si bebía alcohol dijo que ni una gota. A la pregunta de cuánta agua de melisa Klosterfrau bebía (uno de los licores más fuertes de Alemania, con setenta y nueve grados nada menos) contestó: ¡Ah! En el café, en el té ¡es tan bueno para todos los males!… pues una botella o dos.
Después de la lectura de este libro, uno se siente más tranquilo y con respecto al comienzo de esta reseña les recuerdo una frase de Nietzsche que aparece en el libro. “La locura es un tanto rara en los individuos, pero es la norma en grupos, partidos, pueblos y épocas”. Yo, les recuerdo: me dedico a la literatura. ¡Hasta la próxima reseña queridos lectores!
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