Festividad de Santiago: cerrado por secularización.

Juan Ramón de Luz reflexiona sobre la erosión del sentimiento religioso y del referente apostólico santiaguista que va imponiendo el laicismo, carcoma del cuerpo y el alma de la España eterna.



Texto: Juan Ramón de Luz y Carretero.
 

Vuelvo a escribir unas líneas en Numen, para compartir con vosotros las reflexiones, y por qué no decirlo, también la inquietud y la desazón producidas al oír, en la pasada misa dominical, el parroquial anuncio de que, debido a la falta de feligreses que acudan por motivos de sus quehaceres laborales y seculares, no habría cultos extraordinarios en el antiguamente festivo y preceptivo día de Santiago. Inquietud y  desazón únicamente mitigadas por las imágenes sobre su recibimiento y las siempre tranquilas pero contundentes palabras del Santo Padre, provenientes de Brasil, resonando en la Tierra entera, ecos de su voz pausada que se expanden por toda la sociedad globalizada de rápido y fácil acceso a los placeres, de nuevos adoradores de becerros de oro

Duele España y el que se esté consiguiendo convertir en una ordinaria jornada cualquiera el día dedicado al patrón de España e Indias, aquel que cruzó el Mare Nostrum de un extremo al otro para evangelizarnos, como siglos después harían los españoles cruzando el Atlántico para llevar la Buena Nueva al Nuevo Mundo, al apóstol de la Hispanidad, de la Hispanidad católica de la que, no olvidemos, ha surgido el actual obispo de Roma, sucesor petrino y primado de este mundo.


Asistimos a la devaluación intencionada y alevosa del día de Santiago, lamentablemente perpetrada por nosotros mismos, y a la licuación con disolvente, mezcla de neopaganismo, mal llamado laicismo, buenismo y revolución inmanente y nihilista, de su sacro patronato de las Españas con su inseparable carga de Tradición hispánica, parece que hiriente y vergonzante para algunos compatriotas. Cada vez estoy más convencido de que la Guerra de los 30 años jamás se cerró para nuestros contrincantes. La contrarreformista y contrarreformadora promoción y colaboración del Imperio hispánico de los Austrias con el catolicismo en el orbe todavía se nos está haciendo pagar. Aún hoy en día se intenta, desde fuera y desde dentro, que España no levante cabeza, y la referencia jacobea, seguramente como ninguna otra, reverdece recuerdos de glorias añejas.


Hemos de ser conscientes de varias cosas: la despreocupación o dejación de muchas personas que se confiesan católicas no practicantes. Colaboradores, en muchos casos, con el poder teicida. Tal hecho ha cortocircuitado y está cortocircuitando la conexión entre el mensaje de Cristo y el seno mismo de muchas familias nucleares. Muchas madres han dejado de ser agentes del apostolado en esa primera catequesis maternofilial, ese primer estadio pastoral, y por tanto ya no transmiten a sus hijos ni una educación virtuosa como personas plenas, ni las tradiciones de la Iglesia. De ahí, la importancia suma de las jornadas mundiales de la juventud. Además los embelesadores cantos de sirena de la sociedad consumista, el ruido, la agitación, el acomodamiento, las crecientes preocupaciones y las tentaciones de la actual vida secular de emancipados del Padre, la humanidad sin Dios pero repleta de dioses y diosecillos, están haciendo olvidar la intermediación de los santos, así como el mismo carácter hagiográfico de nuestra propia existencia como devenir y de la propia historia de nuestra civilización como peregrinaje, siguiendo el sendero por otros antes marcado, significados por su santidad. ¿O no es el Camino de Santiago el Camino de la Vida? A lo que hay que sumar el insomne e incansable empeño de dirigentes y docentes de todo signo político, salvo honrosas excepciones que tengo el privilegio de disfrutar, en efectuar una ingeniería social conducente a extirpar toda espiritualidad, todo sentido trascendente, toda última pregunta, todo silogismo de los seres humanos, abocándolos a regirse por consignas y soflamas.


Eliminar a los apóstoles de la Historia, tildados de apócrifos, es eliminar a nuestros abanderados. Eliminar la vela mayor, que es la apostólica figura de Jacobo el Mayor, de la nao que es España es dejarla a la deriva, como está sucediendo, a merced de vientos cambiantes y tempestades de toda índole, como está sucediendo, y de motines, como también desgraciadamente está sucediendo. Es imposible conquistar el futuro dinamitando el pasado; es imposible guiarse hacia el adónde vamos, olvidando o borrando premeditadamente de dónde venimos, condenando a damnatio memoriae  a quienes fueron los descubridores de esa ruta, los escritores de esa primera carta de navegación del Padre al Padre. Y los activistas del neopaganismo y del relativismo, verdadera carcoma de nuestro orden social, están de forma concienzuda en la tarea de sembrar la duda, el caos, la inseguridad en el mañana, ofreciendo únicamente: la Nada, ofreciendo únicamente un día: vive el hoy, vive al límite, porque no sabes que te puede suceder mañana. Y nuestros gobernantes alientan esto y es lo que ofrecen a sus votantes. No me extraña que no quieran ver ni en pintura, ni en nombre, la figura del Apóstol.


San Thiago puede y debe, tal como hizo por primera vez en los albores del s. I, volver a ser el adalid de la recristianización y del contrasecularismo, comandarnos en la nueva evangelización de Hispania y en el resurgir de un renovado sentimiento contrarreformista. ¿Lograremos acabar de una vez con la llamada Leyenda Negra? A la cual inexplicablemente tanto crédito y fomento hemos dado y damos nosotros mismos.


Me permito utilizar las palabras de mi querida profesora, María Saavedra: Un Papa iberoamericano con la juventud iberoamericana. Juntos, van a demostrar a occidente la riqueza de una espiritualidad que nosotros vamos perdiendo, y es que este artículo trata justamente de eso, de la pérdida de nuestra espiritualidad y del referente apostólico santiaguista. De cómo España se está contagiando a marchas forzadas del secularismo neopagano occidental, superficial, con un horizonte que no va más allá del día presente y la mirada puesta en los bienes terrenos que, inexorablemente, va a tener que abandonar. Si España se siente Iberoamérica me parece bien, pero, si no es así, creo que debe participar del resurgir de esa rica espiritualidad, y no debe quedarse pasiva, todo lo contrario, ser agente activo, con la guía del Apóstol, de esa demostración a occidente. El otro día en la formidable conferencia del cardenal Cañizares en Cuenca, con motivo del 425 aniversario de la fundación del monasterio del Carmelo de San José en la capital conquense, pudimos comprobar, y así lo señaló Monseñor, en palabras de Santa Teresa, lo parecidos que son, en tanto a convulsos, preocupantes y desintegradores, los siglos XVI y XXI.  Sin embargo, la JMJ demuestra muchas cosas, pero una de ellas es que un cristiano jamás debe desalentarse, los padecimientos se los ofrendamos al que más padeció, y que, cuando los tiempos son difíciles y de persecución, nos levantamos y caminamos, con una sonrisa y con Cristo, multitudes. Recuperemos y revitalicemos la festividad y el precepto en honor a Santiago.

 

g_festividaddesantiago

Hay dos tipos de guerreros: los que luchan y los que sostienen a los que luchan. Nosotros ya luchamos pero necesitamos tu pequeña ayuda para seguir haciéndolo.

Si quieres que desde Numen podamos continuar defendiendo los principios del HUMANISMO INTEGRAL, el orden natural, social y espiritual en el que se cimientan nuestra FE Y CULTURA CRISTIANAS; luchando por la dignidad de la PERSONA, de la FAMILIA, la SOCIEDAD y la PATRIA frente a los ataques de las doctrinas materialistas, el relativismo, el marxismo político y cultural, el feminismo radical, la ideología de género, y el N.W.O. Si quieres legarle a tus hijos y nietos todo aquello que eres, todo en lo que crees, no dejes de ayudarnos. No lo dudes: NUESTRA LUCHA ES TU LUCHA.

Porque OTRO MUNDO es posible, EL TUYO, haznos posibles para LUCHAR POR ÉL: DONA.

Apoya a Numen Digital
Sin comentarios

Deje un comentario

Suscríbete a nuestro Boletín semanal