Óbito del Embajador Carlos Abella y Ramallo.

Texto: Luis Miguel García y Lozano y de Rocamora. Foto: Manolo Gómez. Carlos Abella y Ramallo, Gentilhombre de su Santidad y Embajador de España, falleció en el día de ayer 13 de agosto de 2014.

Nacido el 13 de abril del año 1934 en La Coruña, cursó la licenciatura en Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, donde obtuvo el título, y seguidamente entró en el cuerpo diplomático español a través de oposición nacional. Casó con Pilar de Arístegui de la que tuvo descendencia.

Dentro de la carrera diplomática estuvo como personal en Estocolmo o en países como Madagascar, Perú y como cónsul en Rio de Janeiro, en Manila, y en Washington y en Miami (EE.UU.), posteriormente pasaría como embajador de España a Kenia para finalizar su carrera en la Embajada de España ante la Santa Sede y la Orden de Malta, donde llegó al Palacio de España en Roma en el año 1996 en el que permaneció hasta su jubilación en 2004.

En su último destino desarrolló una amplia labor de entendimiento entre el Gobierno del Reino y la Santa Sede, así como una actividad cultural de gran calado con el fin de hacer llegar a todos los rincones de Italia la gran relación existente entre este país, la Santa Sede y la Orden de Malta con España.

Trabajador incansable, el Palacio de España brilló con luz propia, como Embajada decana en Roma, y protagonizó momentos inolvidables. Desde su despacho en Plaza de España se prepararon algunas visitas de nuestros monarcas y ministros a la Santa Sede y del Pontífice a España, entre ellas, la última visita del Papa Juan Pablo II en 2003.

Al término de su servicio con motivo de su jubilación, el Estado Italiano lo nombró Gran Oficial de la Orden al Mérito de la República. Del mismo modo, el Papa Juan Pablo lo nombró Gentilhombre de su Santidad. De hecho, gustaba firmar sus cartas como “Gentilhombre de su Santidad y Embajador de España”.

En España, nuestro embajador era caballero de la Sacra Milicia de la Orden Constantiniana de San Jorge, donde ostentó el rango de Baylío Gran Cruz de Justicia y se le dispensó por el Duque de Calabria, el collar de la Orden en mérito a sus servicios. Del mismo modo, desde 2005 ocupaba el cargo de Gran Canciller de la Real Comisión de España. Asimismo fue Caballero Gran Cruz de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, Caballero de la Orden de San Genaro, y ostentó la Gran Cruz de Isabel la Católica y de la Orden Piana.

Retirado tras cuarenta años de servicio a su país, se dedicó a su familia y a desarrollar su faceta como escritor, algo que no siempre tuvo tiempo de hacer.

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